U.C.V.

Universidad Central de Venezuela


   “La Universidad Central de Venezuela fue fundada por Real Cédula del Rey Felipe V el 22 de diciembre de 1721 como Real y Pontificia Universidad de Caracas, en solemne ceremonia, en la Capilla Universitaria, donde tomó posesión del Rectorado el presbítero Dr. Francisco Martínez de Porras, de sus aulas egresaron los abogados que redactarían el Acta de Independencia de Venezuela y que escribirían su primera Constitución, es la institución educativa y cultural más antigua y fecunda del país, no obstante los tropiezos que ha debido vencer en su agitada evolución histórica”.

   La universidad colonial en su misión se inclinaba fundamentalmente a defender los fueros y regalías del Rey, velar por la pureza de la religión católica y formar profesionales (teólogos, canonistas, juristas y médicos) útiles al Estado y a la Iglesia. La Universidad se denominaba Real y Pontificia, por estar bajo la tutela y protección del Monarca y del Sumo Pontífice.

   Para ser admitido como alumno de la  Universidad se requería presentar un testimonio de “vista et moribus”, es decir, una relación detallada de “vida y buenas costumbres”.

   Ya en los últimos años del siglo XVIII,  la Universidad de Caracas comienza a “vestirse a la moderna”, gracias a Baltasar de los Reyes Marreros, quien inicia la enseñanza de la filosofía racionalista de Locke, Newton, Spinoza, Leibnitz, Descartes y otros pensadores. Desde ese momento los alumnos y profesores rechazan los postulados de las obras de Aristóteles, Santo Tomás, Justiniano e Hipócrates.  Al estallar la revolución de la Independencia, la vieja universidad colonial y monástica, se tornó en aquel entonces más a tono con la nueva época.


   A partir del año 1826, la Universidad de Caracas comenzó a denominarse Universidad Central de Venezuela y, no obstante, el haberse separado Venezuela de la Gran Colombia en 1830,  el viejo nombre se mantiene como recuerdo y respeto a la memoria del Libertador Simón Bolívar y José María Vargas que promulgan nuevos estatutos en el año de 1827; incorporan nuevas cátedras y laboratorios, eliminan el odioso procedimiento de  seleccionar los alumnos por el color de la piel, aminoran el costo de los títulos universitarios, aumentan el sueldo de los catedráticos, suprimen el latín como lengua oficial de la enseñanza y dotan a la  Universidad de un inmenso patrimonio económico, representado en tierras y haciendas.


   En tres sitios de Caracas ha funcionado la Universidad: desde su fundación hasta 1856 al lado del Palacio Arzobispal donde hoy funciona el Museo Diocesano. En 1857 se muda para la antigua sede del  Convento de San Francisco (hoy, Palacio de las Academias) y desde 1953, ocupa a plenitud la Ciudad Universitaria, decretada en 1943 por el presidente Isaías Medina Angarita, proyectada arquitectónicamente por el maestro Carlos Raúl Villanueva y construida, en gran parte, en el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez. 

   La actual sede (la Ciudad Universitaria de Caracas) es la más emblemática de las obras del maestro de la arquitectura cuya magnificencia llegó a su máxima expresión el 30 de noviembre del año 2000, al ser declarada la Ciudad Universitaria de Caracas (también conocida como síntesis de las artes, por las 107 obras de arte de artistas nacionales y extranjeros, que hacen vida en ella) Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.


   En estos 284 años de historia universitaria (1721-2005), la Universidad, algunas veces, ha gozado de autonomía plena; otras veces, los regímenes políticos  se han reservado el derecho de designar las autoridades, y no ha faltado época en que la Universidad se haya visto obligada a suspender sus actividades. El cierre más prolongando de sus funciones docentes ocurrió durante la Dictadura Gomecista, al decretarse la clausura por diez años (1912 -1922).

   La Universidad Central de Venezuela no es ni la sombra de aquella familiar Casa de Estudios, ubicada en el viejo recinto del Convento de San Francisco que clausuró Juan Vicente Gómez en 1912. En ese entonces, la vida académica de la UCV, se circunscribía a las tradicionales carreras  de Medicina, Derecho, Ingeniería y Ciencias Eclesiásticas, más los cursos de Filosofía,  Dentistería y  Farmacia que se impartían a  329 estudiantes.

   En la etapa democrática, la UCV ha profundizado sus aportes científicos y sociales. De nuestros laboratorios han salido la vacuna contra la lepra creada por Jacinto Convit, la vacuna New Castle que ha hecho posible la cría masiva de aves de corral, la raza Carora de ganado vacuno, así como ganado de engorde y lechero de gran calidad; por sólo citar algunos de los logros más difundidos. En la UCV se hace el 70% de la investigación que se realiza en todo el país.

En la actualidad, mantiene una matrícula estudiantil que ronda los 54.222 estudiantes de pregrado y 8.317 estudiantes de postgrado, con 8.601 profesores de quienes 3.811 son jubilados; 8.372 empleados profesionales, administrativos de los cuales 3.858 son jubilados, y 2.883 obreros de quienes 1.679 están jubilados, distribuidos en nueve Facultades en Caracas, dos Facultades en Maracay, cinco Núcleos de estudios supervisados y doce Estaciones Experimentales en diferentes regiones del país, conforman la comunidad ucevista.

   Es importante resaltar el papel rector de la UCV en el quehacer académico de la nación y de su contribución en la formación de los profesionales de Venezuela. De sus aulas han egresado más de 150.000 profesionales que contribuyen al desarrollo de nuestra patria. Por mucho que se cuestione su funcionamiento y sus directrices docentes, las irritantes y mezquinas pugnas políticas y las cifras del presupuesto, la UCV merece siempre el respeto y el agradecimiento de la sociedad venezolana.




Referencias
Historia de la UCV. 1721-1981. Ildefonso Leal. Ediciones de la Universidad Central de Venezuela. 1981, Caracas, Venezuela.

Aspectos generales del Manual de Organización de la UCV.   Vicerrectorado Administrativo, Dirección de Planificación y Presupuesto, División de Organización y Sistemas


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